¿CRECES O TE ENCOGES?

Neurona3DTras las entradas dedicadas a la primera de las seis sencillas acciones que nos harán conseguir la felicidad laboral, hoy veremos la acción pro-felicidad número dos: Aprender.

El joven M es un programador de treinta y pocos años que se me acercó después de una presentación y me contó su historia:

Trabajo como programador en un banco importante. Antes todas las semanas, trabajaba mis 40 horas (casi 50 diría, pero bueno) y cobraba un buen salario. Era un buen trabajo en una buena compañía; mi jefe era un buen tipo; mis compañeros de trabajo eran personas sencillas y el trabajo estaba bien.

Pero con el paso del tiempo, sentía como que me faltaba algo. El trabajo era agradable y seguro, pero sentía que había facetas mías que nunca llegaba a usar. Deseaba hacer un trabajo del que realmente pudiera sentirme orgulloso. Quería dejar de ser uno más del montón. Y sobre todo, nunca me sentía entusiasmado con lo que hacía.

Entonces me pregunté de qué manera podría mejorar esta situación. Encontré tres opciones: 1. Ser más creativo y trabajar en una mayor variedad de proyectos, es decir lo opuesto a limitarme al mantenimiento de los programas internos del banco. 2. Divertirme más en el trabajo. El clima en el departamento era muy formal y profesional. 3. Adquirir nuevas habilidades profesionales. Le consulté a mi jefe acerca de esto, y se mostró dispuesto a darme su apoyo.

Diseñamos un plan para realizar algunos cursos y obtener certificaciones, y descubrimos algunas tareas nuevas en las que yo podría trabajar. Buscamos la colaboración de compañeros del grupo con nuestras mismas expectativas y trabajamos para alegrar el ambiente general todos juntos.

Para mi sorpresa, esto no cambió sólo un poco mi vida laboral: la transformó del todo. Con mis nuevas habilidades, nuevos proyectos y una atmósfera más positiva en el trabajo, pasé de sentirme “bien” con mi trabajo, a sentirme realmente contento. Además ahora trabajo mucho mejor. En parte, porque he incrementado mis habilidades y mi experiencia laboral, pero principalmente porque me siento mucho más motivado. La diferencia entre sentirme “pasable” con mi trabajo y estar feliz ha sido enorme.

La experiencia de M no es muy diferente de la de muchos de nosotros. Y de aquí podemos sacar algunas conclusiones: Por ejemplo, no importa cuánto disfrutes de tu trabajo hoy; si haces exactamente las mismas cosas de la misma manera durante mucho tiempo, tarde o temprano dejarás de disfrutarlo. Los seres humanos somos máquinas de aprender, que aprendemos de todo lo que se encuentra a nuestro alrededor. Y amamos esa sensación de sentirnos mejores y más “sabios”.

En nuestro desarrollo personal, o crecemos o nos encogemos; no existe el término medio. Cuando encoges te sientes mal; si creces te sientes realmente bien. Y te sientes bien porque crecer te permite:

· Saber que ahora haces tu trabajo mejor que nunca.

· Ser curioso y aprender sobre algún tema.

· Saber que puedes adquirir las habilidades que necesitas para tener éxito.

· Ampliar tus horizontes.

El programador M tomó la iniciativa y adquirió algunas habilidades profesionales nuevas que le permitieron disfrutar más de su trabajo. Pero descubrió también lo que les da felicidad en el trabajo, tanto a él como a sus compañeros, y pudo utilizar lo aprendido para crear una atmósfera alegre y agradable en el departamento junto a su jefe.